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Terapia ocupacional y proceso de envejecimiento

Terapia ocupacional y proceso de envejecimiento

Tiempo de lectura: 7 minutos

Dado que uno de los objetivos de la terapia ocupacional es brindar un grado máximo de autonomía e independencia en las actividades diarias de un individuo, es necesario trabajar con la rehabilitación, sin embargo, aún más importante es la prevención.

El Consejo de Terapia Ocupacional (Crefito) define esta área de la salud como “un área de conocimiento, centrada en el estudio, la prevención y el tratamiento de las personas con trastornos cognitivos, afectivos, perceptivos y psicomotores, sean o no de origen traumático. trastornos genéticos y / o enfermedades adquiridas, mediante la sistematización y uso de la actividad humana como base para el desarrollo de proyectos terapéuticos específicos ”.

El Terapeuta Ocupacional es un profesional con formación en las Áreas Sanitaria y Social. Su intervención comprende la evaluación del paciente, buscando identificar cambios en sus funciones prácticas, considerando su rango de edad y / o el desarrollo de su formación personal, familiar y social. “Y el objetivo es siempre conseguir una mejora en la calidad de vida”.

El principal objetivo de la Terapia Ocupacional, por tanto, es dotar a cada paciente de un grado máximo de independencia y autonomía, facilitando su desempeño funcional en su entorno laboral, doméstico y de ocio. Así, la Terapia Ocupacional tiene como principal tarea promover la calidad de vida, restaurando y reforzando las habilidades y habilidades funcionales, facilitando el desempeño de sus actividades de la vida diaria.

Partiendo del principio de que una de las funciones del Terapeuta Ocupacional es asistir en la recuperación de las pérdidas físicas, mentales y sociales, se puede decir que su trabajo con las personas mayores es fundamental, ya que la pérdida de estos factores es parte de la proceso de envejecimiento.

Pérdida física

Una de las principales dificultades que encuentra la mayoría de las personas mayores es la pérdida física, que puede verse limitada por algunos factores asociados al proceso de envejecimiento, a saber: fragilidad ósea, pérdida de elasticidad del tejido conectivo, disminución de la fuerza muscular y artritis.

Según datos de Crefito, los ejercicios físicos, caminar, bailar, entre otros, son algunas de las actividades que utiliza la terapia ocupacional que ayudan a promover el mantenimiento de las funciones corporales como medida preventiva, además de mejorar las funciones musculares y articulares, la circulación sanguínea. , coordinación motora, sobre todo, prevención de la obesidad y la inactividad física, que pueden conducir a la aparición de procesos degenerativos.

Dentro de este aspecto, se encuentra el factor de caída, que, según Perracini y Ramos, 2002, es uno de los problemas más graves relacionados con el proceso de envejecimiento y con respecto a los accidentes domésticos, que pueden interferir negativamente en la calidad de vida de la población. ancianos, una vez que se traduce en muchas situaciones de dependencia en la locomoción, así como en las actividades básicas de la vida diaria (AVD), además de la hospitalización e incluso la muerte.

Así, el Terapeuta Ocupacional puede actuar sobre dos aspectos: prevención y rehabilitación, el primero de los cuales es de gran importancia tanto para la calidad de vida del individuo, como para ayudar al sistema de salud, reduciendo los altos costos de las hospitalizaciones.

Dado que uno de los objetivos de la terapia ocupacional es brindar un grado máximo de autonomía e independencia en las actividades diarias de un individuo, es necesario trabajar con la rehabilitación, sin embargo, aún más importante es la prevención. Por tanto, si se toman los cuidados necesarios, no será necesario buscar un profesional para la rehabilitación, que casi siempre va acompañada de sufrimiento, dolor, pérdida de funcionalidad y, en consecuencia, de autonomía e independencia. Además, el terapeuta ocupacional puede ayudar con el uso de equipos para la movilidad en el hogar e incluso en la calle, tales como: sillas de ruedas, bastón, andadores, que pueden, en muchos casos, aportar no solo independencia, sino también seguridad.

Además de la prevención de caídas, el terapeuta ocupacional tiene el rol de actuar, junto con el fisioterapeuta, en ejercicios que mejoren la fuerza muscular, rango de movimiento, equilibrio y coordinación, ya que, a través de esta conducta, es posible, según Cavalcanti. , Dutra y Elui (2015), favorecen la capacidad funcional para realizar el desempeño ocupacional, que muchas veces se ve afectado por una discapacidad física.

Otra intervención que el terapeuta ocupacional está capacitado para realizar y que puede brindar autonomía y, sobre todo, independencia, a los ancianos con alguna disfunción física, son las tecnologías asistenciales que pueden constituirse de formas más elaboradas, como objetos simples como tenedores, gafas. , tijeras. Por ejemplo, si una persona mayor que sufre un ictus tiene una hemiplejía lateral dominante, lo que dificulta llevar la comida a la boca con el uso de cubiertos, el terapeuta ocupacional puede ayudarte a adaptar un tenedor o cuchara para que sea capaz de alimentarse. sí mismo de nuevo.

Siempre es importante recordar que los cuidados pueden y deben trabajarse con un equipo multidisciplinar, ya sea con el fisioterapeuta para la parte de rehabilitación y ejercicios específicos que reduzcan el riesgo de caídas, o con un arquitecto o enfermero para trabajar lo real y necesario. adaptaciones domiciliarias. o con un psicólogo para el rescate de la autoconfianza relacionada con el miedo a las caídas o el tratamiento de una depresión que provoca una gran dependencia. Este enfoque interdisciplinario permite a las personas mayores mucho más que asistencia, pero también una intervención ética, humana y de calidad.

Pérdida cognitiva

Otro factor común debido al proceso de envejecimiento son las limitaciones cognitivas que normalmente aparecen en muchas personas mayores; Disminución de la atención, pérdida progresiva de la memoria son algunos cambios que pueden dificultar el desempeño de las actividades diarias del individuo, por lo que es importante la estimulación cognitiva, que forma parte del desempeño de la terapia ocupacional.

Habitualmente, dentro de instituciones de larga duración o Centros de Día, las intervenciones que se realizan se organizan a través de talleres. Por ejemplo: taller de memoria, taller de danza, taller de manualidades, taller de autocuidado, entre otros. Es decir, el terapeuta ocupacional desarrollará actividades dentro de cada taller que puedan contribuir al objetivo principal, la estimulación cognitiva, y también reflexionará si esa actividad tiene un significado para el grupo que la realizará. Área para organizar y elaborar estas actividades , lo que puede motivar la falta de sentido para el grupo, que termina por no despertar el interés de estos participantes, ni siquiera por elegir actividades infantiles o que no contribuyan de ninguna manera a la rehabilitación de las personas mayores.

La inestabilidad emocional es también otro factor que acaba apareciendo en muchas personas mayores, que puede aparecer asociado a otros cambios, como por ejemplo, la dificultad para realizar movimientos y cambios sensoriales. Por tanto, en este caso, es importante realizar un trabajo multidisciplinar, en el que el papel del psicólogo y fisioterapeuta contribuya de forma significativa a la rehabilitación del anciano junto con el trabajo del terapeuta ocupacional.

Pérdidas sociales

Cuando se alcanza la vejez, concomitantemente, aparecen muchas pérdidas: pérdida de lazos familiares, pérdida de amigos, en algunos casos, pérdida de la capacidad laboral e identidad física o pérdida de algunas habilidades debido a los cambios habituales en el proceso de envejecimiento.

Así, algunas personas tienen mayor dificultad para afrontar y aceptar estas pérdidas, por lo que el rol del terapeuta ocupacional con el psicólogo es fundamental para ayudar a esta persona mayor ante todos estos cambios.

Uno de los recursos que utiliza la terapia ocupacional para asistir en este aspecto es la organización de la rutina del individuo, buscando, junto a él, actividades que despierten su interés y voluntad de participación, además de intervenir con una serie de acciones que impedirán funcionalidades. y pérdidas físicas, brindando salud y calidad de vida a las personas mayores para poder llevar a cabo todas las propuestas planteadas por el terapeuta ocupacional con él.

La terapia ocupacional es una profesión muy amplia, que tiene una visión holística y global del paciente, por lo que las formas en que actúa el terapeuta ocupacional son múltiples. Crefito trae algunas de las principales actividades que puede realizar esta profesión y que contribuye a la salud de las personas mayores:

Actividades de la vida diaria: Comer, vestirse, higiene personal, locomoción y comunicación. Estas actividades se consideran prioritarias y son indicadores del grado de autonomía de las personas mayores.

Actividades de la vida práctica: Ir de compras, llamar, cocinar, ir al banco, cuidar la casa, etc. Estas actividades permiten a las personas mayores mantener un grado satisfactorio de independencia y autonomía en el hogar y en la comunidad.

Actividades sociales: Tours, visitas, celebraciones de fiestas, entre otros. Este tipo de actividad permite mantener el interés por la vida, sentir placer en compañía de otras personas, además de brindar diversas oportunidades.

Actividades culturales: Según el nivel cultural y el potencial intelectual del individuo, las actividades literarias pueden utilizarse para la crítica y revisión de libros, discusión de temas de actualidad, audiciones musicales, obras de teatro, que valoran la cultura y la creatividad.

Actividades artesanales: Pintura, cerámica, marroquinería, tejido, trenzado, tricotado, crochet, mosaico, entre otros. Estas actividades desarrollan la creatividad, mantienen la motricidad, promueven la autoestima, entre otras funciones.

Actividades ocupacionales: Limpieza, jardinería, cuidado de animales, diversas actividades profesionales, que contribuyen principalmente a la valorización del anciano como individuo útil y necesario.

Actividades recreativas y de esparcimiento: Bailes, juegos de interior, dominó, naipes, entre otros. Promueven sus propios medios para la integración de sexos y edades, para el desarrollo del ser humano como ser creativo para rescatar la espontaneidad de lo que se conoce por la alegría de vivir.

A través de la atención, la escucha y todas las intervenciones mencionadas a lo largo del texto, la terapia ocupacional brinda y cuida mucho más que la salud del anciano, aporta habilidades, potencialidades, autoestima, capacidad, dignidad, mantenimiento de sus derechos y también deberes y la placer de vivir.