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Algunas de las pautas recomendadas han sido ampliamente seguidas durante años por las instituciones europeas que atienden a personas con demencia, pero algunas son innovadoras, ya que se traducen en recomendaciones de atención eficaces en “mantras” recitados por especialistas, pero que no siempre se implementan de manera efectiva. Son para cualquier público, médicos y no médicos, y abordan lo que estas personas pueden hacer para mantener y mejorar la calidad de vida de las personas que son atendidas.
La Alzheimer Association y la American Society of Gerontology, ambas en los Estados Unidos, han lanzado recomendaciones de atención para los profesionales en los Centros de Atención a Largo Plazo para Ancianos (ILPI) y los cuidadores que atienden a personas con demencia, con el fin de mejorar la calidad de la atención. cuidado y de vida. Estas son recomendaciones públicas, con 56 directivas en 10 áreas de contenido.
Además de ser publicado en el sitio web, la revista estadounidense The Gerontologist trae un artículo sobre cada área de contenido, brindando evidencia y opiniones de expertos sobre cada recomendación, disponible en línea. Estas recomendaciones fueron desarrolladas por 27 expertos invitados por la Asociación de Alzheimer y se basan en una revisión exhaustiva de evidencia previa, con mejora en las prácticas.
El lema principal de estas directrices, y por tanto su aplicabilidad en varios países, es el énfasis en la atención centrada en las personas y la información. Se sabe desde hace mucho tiempo que las personas con demencia deben conocer su diagnóstico para poder decidir sobre su futuro y su muerte. La falta de información priva a estas personas de su autonomía temprana.
Algunas de estas pautas han sido ampliamente seguidas durante años por las instituciones europeas que atienden a personas con esta enfermedad, pero algunas son innovadoras, ya que se traducen en recomendaciones de cuidados efectivos “mantras” recitados por especialistas, ¡pero que no siempre se ponen en práctica de manera efectiva!
Se estima que casi el 60% de las personas mayores con enfermedad de Alzheimer u otras demencias en los EE. UU. Viven en sus propios hogares o con familiares (es decir, fuera de un hospital o entorno clínico). Aproximadamente el 25% de estas personas viven solas, mientras que el resto recibe asistencia de familiares, cuidadores no remunerados y cuidadores comunitarios. A partir de los 80 años, el 75% de las personas con demencia de Alzheimer ingresan en LTCF. Por lo tanto, las nuevas recomendaciones tienen como objetivo orientar la atención en función de estas configuraciones de vivienda.
Estas recomendaciones están escritas para cualquier público, médicos y no médicos, y abordan lo que estas personas pueden hacer para mantener y mejorar la calidad de vida de quienes reciben atención.
A pesar de ser recomendaciones centradas en la realidad estadounidense, aportan, como mencionamos, importantes fundamentos del cuidado centrado en la persona; evaluación y planificación de la atención; información, educación y apoyo; atención continua a los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia; apoyo a las actividades de la vida diaria; entornos terapéuticos y de apoyo; transiciones y coordinación de servicios, que se pueden utilizar en cualquier parte del mundo.
Junto con las nuevas recomendaciones, la Asociación de Alzheimer lanza otro informe, que examina la atención desde el punto de vista de las personas que viven con la enfermedad. La Guía para una atención de calidad desde la perspectiva de las personas que viven con demencia incluye datos de cuestionarios y entrevistas con personas que se encuentran en la etapa inicial de la enfermedad de Alzheimer u otras demencias. Ofrece información sobre cómo las personas más afectadas por la enfermedad entienden qué es la atención de calidad y qué esperan de los cuidadores durante su difícil viaje, material muy rico que, cuando esté disponible, traeremos aquí en el blog.
Ver partes de estas pautas
- Conozca a la persona que vive con demencia;
- Reconocer y aceptar la realidad de la persona;
- Identificar y aprovechar oportunidades continuas para un compromiso significativo;
- Construir y crear relaciones auténticas y afectuosas;
- Crear y mantener una comunidad de apoyo para individuos, familias y empleados;
- Poner a disposición de los ancianos y sus familias información sobre la salud del cerebro y el envejecimiento cognitivo;
- Conocer los signos y síntomas del deterioro cognitivo y ser consciente de que no son un diagnóstico de demencia y que una evaluación diagnóstica es fundamental;
- Escuche las preocupaciones de la persona mayor sobre su cognición, observe los signos y síntomas del deterioro cognitivo y observe los cambios en la cognición que pueden ocurrir de manera abrupta o lenta con el tiempo;
- Buscar conocimientos para comprender mejor un diagnóstico de demencia;
- Llevar a cabo una planificación de enfoque colaborativo y en equipo;
- Utilizar sistemas de documentación y comunicación para facilitar el intercambio de información entre todos los cuidadores;
- Fomentar la planificación anticipada para optimizar el bienestar físico, psicosocial y económico del paciente, así como para aumentar su conocimiento de todas las opciones de atención, incluidos los cuidados paliativos y la hospitalización;
- Alentar a las personas con demencia y a sus familias a utilizar intervenciones no farmacológicas para los síntomas conductuales y psicológicos comunes de la enfermedad como primeras opciones;
- Comprender y apoyar el uso de intervenciones farmacológicas, cuando sea necesario, para la seguridad, el bienestar y la calidad de vida del paciente;
- Alentar a las personas que viven con demencia y a sus familias a iniciar conversaciones sobre cuidados al final de la vida;
- Brindar educación y apoyo al inicio de la enfermedad para que el paciente se prepare para el futuro;
- Anime a los cuidadores a trabajar juntos y planificar juntos;
- Desarrollar programas culturalmente sensibles que se adapten fácilmente a poblaciones especiales;
- Asegurar que los programas de educación, información y apoyo sean accesibles durante los períodos de transición de la enfermedad;
- Utilizar la tecnología para llegar a más familias que necesitan educación, información y apoyo;
- Al brindar apoyo para que el paciente se vista, tenga en cuenta la dignidad, el respeto y la elección, así como el proceso y el entorno;
- Al dar apoyo para ir al baño se debe tener en cuenta la dignidad y el respeto, el proceso de higiene personal, el ambiente del baño y las condiciones de salud y biológicas;
- Al brindar apoyo para comer, piense en la dignidad, el respeto y la elección, así como en el proceso de la comida y el entorno del comedor; tener en cuenta las condiciones de salud y biológicas y hacer ajustes, si es necesario; controlar la comida, la bebida y el apetito del paciente;
- Mejorar la comodidad y la dignidad de todos los involucrados en la atención al paciente;
- Preparar y educar a las personas que padecen demencia, así como a los cuidadores y familiares, sobre posibles transiciones entre diferentes lugares (hogar, hospitales, hospitalización);
- Asegurar la comunicación completa de información entre las ubicaciones involucradas en la transición;
- Evalúe las preferencias y objetivos de la persona que padece demencia durante las transiciones.
Referencia
The Gerontologist, Volume 58, Issue suppl_1, 18 de enero de 2018, páginas S1-S9, https://doi.org/10.1093/geront/gnx182. https://academic.oup.com/gerontologist/issue/58/suppl_1