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Ampliar nuestra mirada hacia el envejecimiento desde la perspectiva de la ciudadanía, reflexionar sobre qué es ser mayor y sus conceptos fundamentales, además de conocer cuáles son los derechos de quienes han vivido mucho, es prepararse para un mejor envejecimiento, ejerciendo su ciudadanía.
Cristiane Regina do Prado Lima
Brasil tiene una población anciana cada vez mayor. Pero, ¿estamos preparados para afrontar la vejez y sus demandas, con el objetivo de garantizar los derechos?
Como señala Paschoal (2007), las personas mayores no quieren más que los demás: quieren equidad y trato digno, por lo que es necesario implementar prácticas y políticas que posibiliten el desarrollo personal, a fin de solidificar el envejecimiento potencial, haciéndolo extremadamente necesario para fomentar la participación de las personas mayores en la vida económica, política y social del país, como ciudadanos en pleno derecho.
En esta perspectiva, el Curso Fragilidad en la Vejez: Gerontología Social y Cuidados nos invitó a reflexionar sobre el tema del envejecimiento desde la perspectiva de la interdisciplinariedad, considerando su construcción histórica, posibilitando una mejor comprensión del envejecimiento como un proceso natural, inherente a todo ser humano. seres, que comienza en la concepción y recorre todos los días de nuestra vida.
Fueron varios los encuentros que nos permitieron ampliar nuestras miradas hacia el envejecimiento en la perspectiva de la ciudadanía, invitándonos a reflexionar sobre qué es ser viejo y sus conceptos fundamentales, compartiendo así las preguntas que formula Ferrigno (2006) sobre “qué es ser joven y qué significa ser viejo en la sociedad actual? Además del número de años vividos, ¿qué características o propiedades definen a los más jóvenes de los más viejos ”?
Para Faleiros (2008), “el envejecimiento es un proceso multidimensional y heterogéneo, que comprende una relación bio-psicosocial y cultural”, que se configura en una etapa de la vida construida social e individualmente. Esto significa que el sujeto anciano tiene identidades y subjetividades vinculadas a sus relaciones y trayectorias. De esta forma, el envejecimiento activo se relaciona con “el desarrollo personal y la garantía de las condiciones de vida, protección social, salud, servicios y un entorno favorable y favorable”, tal y como defiende el plan de acción internacional para el envejecimiento (Madrid, 2002).
De este proceso, Paschoal (2007) señala que pueden resultar dos situaciones extremas: una con una excelente calidad de vida y otra con una muy mala calidad de vida, esto se debe a que la visión de la vejez genera representaciones sociales que la homogeneizan, y Puede desarrollar actitudes discriminatorias en relación con el segmento de personas mayores.
En la actualidad, existe una demanda creciente de atención a las personas mayores enfermas, sin apoyo familiar, recursos emocionales y económicos para afrontar esta nueva realidad.
El envejecimiento no es tratado de forma preventiva por la población, que todavía es considerada tabú por la sociedad, sin estar preparada para afrontar el reciente cambio cultural. Enfermedades actuales que vienen causando preocupación tanto para quienes las padecen como para quienes necesitan brindar atención, así como los servicios que se ofrecen para mejorar la calidad de vida.
Derechos sociales
Ferrigno (2006) nos muestra que la vida en la era premoderna era relativamente igual para diferentes edades, sin demarcaciones claras entre las pocas etapas existentes, lo que posiblemente contribuyó a tal falta de preparación. Recién en el siglo XX la vejez gana espacio en la agenda pública, pasando de la beneficencia a la ciudadanía, o como prefiere Faleiros (2008), de la invisibilidad a la visibilidad de las personas mayores, que a partir de entonces se incluyen en el ámbito del consumo y cuidado. Así, Faleiros señala que es de fundamental importancia deconstruir la categoría “vejez” como una categoría homogénea, valorando la heterogeneidad y la diversidad social, cultural, biológica y psicológica.
En esta línea, la calidad de vida ha pasado a ser considerada no solo como una condición social, sino como una condición de autonomía y como satisfacción y protección social (Ley 8.842 / 94). Se puede decir que se lograron avances en el campo de las Políticas Públicas con la promulgación de la Ley N ° 8.842, que instituyó la Política Nacional para las Personas Mayores (PNI), sancionada el 4 de enero de 1994 y regulada por el Decreto N ° 1.948, de 3 de julio de 1996, garantizando los derechos sociales y amplio apoyo legal de las personas mayores, estableciendo las condiciones para promover su integración, autonomía y participación efectiva en la sociedad.
Con la Ley nº 10.741 / 03 (Estatuto del Adulto Mayor), un conjunto de medidas de salvaguarda a las personas mayores para, principalmente, viabilizar el ejercicio de la ciudadanía, entendida como condición del ciudadano, individuo que vive conforme a un conjunto de estatutos pertenecientes a una comunidad articulada política y socialmente.
El Estatuto también dispone, en su artículo 4, que ninguna persona mayor será objeto de ningún tipo de negligencia, discriminación, violencia, crueldad u opresión, y cualquier atentado a sus derechos, por acción u omisión, será sancionado de acuerdo con la ley. Así, constituyen delitos: discriminar a las personas mayores, impedir o dificultar su acceso a operaciones bancarias y medios de transporte, o incluso despreciar, humillar y menospreciar; abandono de ancianos en hospitales y residencias de ancianos; apropiarse o malversar activos, ganancias, pensión o cualquier otro ingreso de los ancianos; coaccionar a la persona mayor a donar, hacer testamento, contratar u otorgar poderes, entre otros.
Violencia
Como hemos visto, el envejecimiento es característico de todo ser vivo, independientemente de su clase, etnia y sexo. Sin embargo, el culto a lo nuevo y la aversión a lo viejo explican la recurrencia generalizada de los mecanismos de resistencia al envejecimiento y la práctica del abuso constante contra las personas mayores, ya sea físico, psicológico, sexual, abandono, negligencia, abuso financiero y económico o auto- negligencia.
En este sentido, el Plan de Acción para Combatir la Violencia contra las Personas Mayores señala que más del 95% de las personas mayores viven con familiares o en sus propias casas. La investigación también revela que alrededor de dos tercios de los agentes del crimen son niños y cónyuges (Brasil, 2005). A esto se suma el hecho de que están involucrados emocionalmente con ellos, por lo que la lucha contra la violencia debe iniciarse con un cambio de percepción en relación al proceso de envejecimiento y, por ende, a las personas mayores. Ser mayor no significa ser improductivo, ya que la vejez puede ser una etapa para descubrir nuevos logros.
La lucha contra el maltrato debe pasar por un proceso de concienciación de los derechos por parte de las propias personas mayores, proceso en el que el Estatuto de las Personas Mayores es una herramienta importante. El Estado, en sus diferentes ámbitos – Federal, Estatal y Municipal, debe asumir su rol preferencial de elaboración y ejecución de Políticas Públicas de atención a las personas mayores, en línea con los movimientos sociales y entidades de la sociedad civil, cuya tarea debe centrarse en la implementación de la reivindicación. estas políticas.
En vista de lo anterior, el trabajo desarrollado en el Centro de Referencia Especializado de Asistencia Social – CREAS en Caraguatatuba, cuenta con la oferta del Servicio de Protección Social Especial para Personas con Discapacidad, Adultos Mayores y sus Familias, en el ámbito de la Asistencia Social. política. Según los Servicios Nacionales de Asistencia Social del SUAS, este Servicio se considera que comprende la Protección Social Especial de Complejidad Media, y está destinado a personas con discapacidad y personas mayores, con algún grado de dependencia, sus cuidadores y sus familias.
El Servicio busca a través de la formación constante de sus profesionales brindar asistencia a la población anciana con sus derechos vulnerados, mediante las acciones de recepción, escucha y derivaciones necesarias de este segmento, trabajando de manera interdisciplinaria con profesionales del servicio social y psicológico, buscando promover la mejora de la calidad de vida, la inclusión social y la autonomía, la orientación con los familiares en la perspectiva del fortalecimiento de los lazos afectivos y la expansión de la vida social y garantía de sus derechos, a través del trabajo conjunto con los órganos de protección.
Referencias
BRASIL, Ley N ° 10.741 / 03. Estatuto de la tercera edad. Brasilia: DF, octubre de 2003.
BRASIL, Ministerio de Seguridad y Asistencia Social Ley nº 8.842 / 94. Política Nacional de Mayores. Brasilia: DF, 4 de enero de 1994.
BRASIL, Ministerio de Desarrollo Social y Lucha contra el Hambre. Clasificación nacional de servicios de asistencia social. Brasilia: DF, 2013. Disponible en: https://www.mds.gov.br/webarquivos/publicacao/assistencia_social/Normativas/tipificacao.pdf
FALEIROS, Vicente de Paula – Envejecimiento en Brasil: desafíos y compromisos, 2008 en https://docplayer.com.br/6853148-Envelhecimento-no-brasil-desafios-e-compromisos-prof-dr-vicente-de-paula- faleiros-mestre-em-gerontologia-2008.html
FERRIGNO, José Carlos – La identidad de los jóvenes y la identidad de los viejos: cuestiones contemporáneas en la vejez: reflexiones contemporáneas. São Paulo: Sesc: PUC, 2006. 152p
INSTITUTO BRASILEÑO DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICAS (IBGE), 2017: https://www.ibge.gov.br/
Material expositivo de las clases del curso “Fragilidades en la vejez: Gerontología social y servicio”, impartido por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo – PUC SP en 2017.
PASCHOAL, Sérgio Márcio Pacheco – Envejecer con dignidad, un derecho humano fundamental. S241ca São Paulo (Ciudad). Secretaría de Salud Violencia intrafamiliar contra el adulto mayor: lineamientos generales. Coordinación de Desarrollo de Programas y Políticas de Salud CODEPPS. São Paulo: SMS, 2007.
Plan de acción para combatir la violencia contra las personas mayores https://www.observatorionacionaldoidoso.fiocruz.br/biblioteca/_manual/11.pdf
Cristiane Regina do Prado Lima – Trabajadora social. Texto redactado para el curso “Fragilidades en la vejez: Gerontología social y cuidado”, de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo – COGEAE / PUC SP, en el segundo semestre de 2017. E-mail: cpradolima@uol.com.br