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El emprendimiento es una de las actividades del momento y ha ido creciendo en Brasil, pero las cifras de Sebrae indican que la realidad del empresario senior brasileño es bastante difícil. Alrededor del 45% de las microempresas no sobrevivieron a los dos primeros años de funcionamiento en 2014, un momento acalorado en la economía.
Con el mercado formal prácticamente cerrado, una de las alternativas para que el profesional senior trabaje y garantice sus ingresos es emprender. Los medios especializados y las consultorías de carrera (coaching) también enfatizan en sus artículos, reportajes y capacitaciones los puntos positivos de invertir en su propio negocio: más libertad y más tiempo para dedicarse a lo que “realmente aman”, “hacer sus sueños” y estar “preparados para un mundo en constante cambio”.
De hecho, el emprendimiento es una de las actividades del momento y ha ido creciendo en Brasil. Según datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el país tuvo una tasa de expansión del 23% en 2019, una de las más altas entre los 49 países encuestados. Según el Perfil de Emprendedor elaborado por Sebrae, el 34% de los brasileños considera tener su propio negocio como su mayor sueño, y el 60% de los entrevistados se siente listo para comenzar a trabajar por su cuenta.
Riesgos a considerar
Ex ejecutivo de empresas multinacionales y emprendedor que abrió cuatro empresas diferentes en ocho años, Fábio Rodrigues enfatiza, por otro lado, que es necesario considerar los riesgos. En su valoración, el principal error de quienes quieren emprender es elegir los motivos equivocados. La primera es precisamente la ilusión de que el emprendimiento es la solución para la reinvención profesional: hacer lo que uno quiere, trabajar en algo que es suyo, tener más tiempo para el lado personal y seguir enriqueciéndose. La segunda es emprender por falta de opción, cuando la persona está en paro y piensa que no se volverá a poner en el mercado laboral.
Lo poco o nada que se dice del emprendimiento y que Rodrigues destaca en su libro ¡En duda, no emprendas! es precisamente el riesgo que conlleva, sobre todo para los mayores de 45 años. La persona realiza la inversión en un negocio incierto y, si fracasa, puede perder todos sus ahorros acumulados durante la mayor parte de su vida profesional, con pocas posibilidades de recuperación. Un riesgo mucho mayor que el de un emprendedor más joven, que aún puede buscar un reemplazo y que incluso puede ver valorada su experiencia de fracaso.
“Aunque tiene sentido que una persona quiera emprender porque imagina que su carrera empresarial está llegando a su fin y que no podrá conseguir un buen trabajo en el futuro, lo mejor que se puede hacer en esta situación es todo lo contrario, proteja sus activos de la mejor manera posible en lugar de arriesgarlo iniciando una empresa. Este ‘Plan B’ ha sido muy estimulado por una ola relativamente reciente en el mercado, en la que todo son puestas en marcha, éxitos y victorias. Y esta ola está alimentada, con mayor o menor conciencia, por todas esas historias de éxito, que se escuchan por ahí, de personas que dejaron sus trabajos para fundar sus propias empresas y que lo hicieron muy bien. Dicen que ganaron calidad de vida y se volvieron muy ricos. Todo hermoso, todo ‘unicornio’. Una verdadera ‘burbuja de empresas emergentes’, como lo fueron las innumerables oleadas de apertura de franquicias, heladerías, tiendas de yogurt, tiendas de paletas, camiones de comida, creación de aplicaciones, etc. » (Tomado de: En caso de duda, ¡no emprenda!)
De hecho, las cifras de Sebrae indican que la realidad del emprendedor brasileño es bastante difícil. Aproximadamente el 45% de las microempresas (Supervivencia de las empresas en Brasil) con más de un empleado y ventas de hasta R € 360.000 / año no sobrevivieron a los dos primeros años de operación en 2014, un momento económico acalorado. De este total, que el 76% de los emprendedores sobreviva significa tener un ingreso mensual de entre 2 a 3 salarios mínimos, una fracción del salario y beneficios que recibiría un trabajador del conocimiento senior en la cúspide de su carrera.