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¿Cuándo debemos adaptar nuestro hogar para prevenir caídas?

¿Cuándo debemos adaptar nuestro hogar para prevenir caídas?

Tiempo de lectura: 4 minutos

Los factores de riesgo ambiental están presentes en aproximadamente el 40% de las caídas, por lo que es muy conveniente prestar atención al entorno en el que vivimos para que no nos deprima. La caída es temida por la mayoría de las personas mayores y aquí en Brasil del 30 al 40% de ellos caen una vez al año. Con todos estos datos preocupantes, ¿por qué hay tanta resistencia a reconocer la importancia de adaptarse a los entornos? ¿Realmente marca la diferencia la llamada “casa segura” o la “casa de protección contra caídas”?

Las caídas frecuentes, el miedo a caerse y el desequilibrio son quejas que a menudo llevan a muchas personas mayores de 60 años a los consultorios de fisioterapia. Inmediatamente después de la evaluación, el profesional propone el tratamiento más adecuado y orienta a su cliente a realizar conductas que eviten caídas en el domicilio. Tan pronto como comenzamos a indicar las adaptaciones necesarias, a menudo escuchamos «No, doctor, todavía no estoy en esa fase», o «No estoy tan mal todavía …», «Ah, solo cuando sea mayor «(» Mucho mayor «) …

Yo pregunto: ¿Cuándo? ¿Todas las personas mayores necesitan adaptar sus hogares para evitar caídas? ¿Cuándo debemos «redecorar» nuestras casas, quitando alfombras acogedoras e instalando rejas democráticas en los baños que dejen un ligero «aire de hospital» en el hogar? Propongo una reflexión individual.

¿Has pensado alguna vez en adaptar tu hogar para facilitar su funcionalidad y prevenir riesgos para la salud? ¿Cuándo tendrás esta iniciativa? ¿Después de sufrir una caída? ¿Lo harás solo si te sientes inseguro en casa? Después de todo, el lugar donde nos sentimos más cómodos y seguros es nuestro propio hogar. Es común encontrar personas mayores que usan bastones en la calle o en lugares “desconocidos”, pero en casa no necesitan ninguna ayuda, ya que se sienten seguros. En ambientes al aire libre caminan con dificultad y en ocasiones necesitan ayuda de alguien que los apoye, pero en casa se mueven con agilidad.

Las estadísticas nos dicen que los factores de riesgo ambientales están presentes en aproximadamente el 40% de las caídas, por lo que es muy conveniente prestar atención al entorno en el que vivimos para que no nos deprima. La caída es temida por la mayoría de las personas mayores y aquí en Brasil del 30 al 40% de ellos caen una vez al año. Con todos estos datos preocupantes, ¿por qué hay tanta resistencia a reconocer la importancia de adaptarse a los entornos? ¿Realmente marca la diferencia la llamada “casa segura” o la “casa de protección contra caídas”?

El riesgo de caída está presente tanto dentro como fuera del hogar. Algunos estudios de población indican que las personas mayores frágiles caen más en interiores y las personas mayores no frágiles caen más al aire libre. Estos datos pueden indicar que las personas mayores frágiles salen menos del hogar, están más restringidas al hogar y, por lo tanto, caen menos al aire libre. Las personas mayores no frágiles, por el contrario, tienen una vida social más activa y, por tanto, exploran entornos externos ricos en barreras arquitectónicas que aumentan el riesgo de caídas. Así, las personas mayores frágiles deben adecuar la casa y las personas mayores no frágiles deben cobrar a las autoridades responsables por una ciudad más preparada para el envejecimiento de la población. ¿Correcto? Sería bueno que así fuera.

Hace poco escuché de un colega: “Estamos poniendo al anciano en una cúpula de vidrio, instalando rejas para que camine dentro de su propia casa, está surgiendo una generación de ancianos que temen desviarse de la mesa de café”.

Confieso que este punto de vista me provocó cierto malestar y la necesidad de reflexionar junto a los profesionales implicados y con todos aquellos que de alguna manera se cuestionan sobre este tema, que sería más apropiado. Ya lo hemos dicho en otro texto, El exceso de información y los comportamientos de salud ponen ansiosos a las personas mayores, que vivimos en una era llena de información que puede cambiar nuestro comportamiento y este cambio no siempre es saludable, a veces puede llegar a ser demasiado. Adaptar el hogar para prevenir caídas puede ser demasiado entusiasta, preocupante, pero también es una excelente manera de prevenir una posible caída.

Lo que me parece más “saludable” es considerar la individualidad de cada caso. ¿Existe riesgo de caídas en ese hogar? ¿Los ancianos tienen condiciones físicas que favorezcan una caída? ¿Estás en riesgo? ¿Las personas mayores comprenden la importancia de prevenir una caída y participan en el proceso de adecuación de su hogar de la mejor manera posible? ¿Reconoce los riesgos que presenta el hogar? ¿Reconoces que, incluso en perfectas condiciones físicas y con una casa adaptada, todavía existe el riesgo de caídas?

Creo que el primer paso es reflexionar sobre estos puntos, independientemente de la edad alcanzada. Reflexiona sobre el verdadero objetivo y el significado que esta prevención tiene en la vida de cada persona. No existe un protocolo de indicación, lo más importante es entender cuáles son los riesgos, deconstruir el pensamiento de que “Adaptar la casa para prevenir caídas es asumir el envejecimiento” y, sobre todo, dejar de creer que “caer es cosa vieja”.