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¿Cuáles son tus creencias?

¿Cuáles son tus creencias?

Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Qué te asusta cuando piensas en envejecer? ¿Cuáles son las creencias asociadas con el envejecimiento? ¿Cuáles fueron las frases dichas desde nuestra niñez sobre “en la vejez”? ¿Qué percibimos o escuchamos sobre el “anciano” hoy? Son estas declaraciones las que forman nuestro sistema de creencias.

La mayoría de las personas temen envejecer. Aunque sabemos que es la mejor opción que nos queda, en ocasiones tenemos dificultades para afrontar esta etapa de la vida. Escucho muchos relatos de gente que todavía se siente joven por dentro, que agradece cada experiencia, pero se asusta frente al espejo. Lo que sigue siendo una paradoja, porque un joven no tendría la oportunidad de vivir las experiencias que ha traído el tiempo. Entonces, ¿por qué temer?

¿Quién renunciaría a vivir todo lo que vivió, incluso con algunos contratiempos?

El susto frente al espejo está relacionado con la idea de envejecimiento que nos hemos formado dentro de nosotros. Este concepto proviene del sistema de creencias y valores construidos que nos llevan a creer y comportarnos de esta o aquella forma.

Estas creencias se asocian a la memoria colectiva y, a partir de ahí, se forma una cultura sobre lo que significa envejecer. De creer tanto en estos conceptos, de seguir un mismo camino, crean campos mórficos, es decir, vieron una verdad, porque nosotros la construimos. Por ejemplo, un cachorro de perro doméstico recibe información de la memoria colectiva de otros perros domésticos y se comporta como se espera que se comporte un perro doméstico, de una manera muy humana. Pero, ¿los perros salvajes tendrán la misma información de comportamiento? Claro que no.

De modo que la visión sobre el envejecimiento puede relativizarse (así como cualquier creencia incómoda), poner en duda, cuestionar su veracidad. Una vez que todo evoluciona, podemos romper el paradigma del miedo frente al envejecimiento, rompiendo con el sistema de creencias existente. En lugar de repetirlos, podemos mirarlos de cerca y desintegrarlos. Y, así, crear un nuevo sistema de creencias que busque una vida plena.

Lo que tenemos que hacer es ponernos en contacto con nuestro propio corazón y preguntarnos qué te asusta cuando piensas en envejecer. ¿Cuáles son las creencias asociadas con el envejecimiento? ¿Cuáles fueron las frases que se decían desde nuestra infancia sobre «en el ser viejo»? ¿Qué percibimos o escuchamos sobre el «anciano»? Son estas declaraciones las que forman nuestro sistema de creencias.

Creamos etiquetas, adjetivos y sentimientos sobre lo que significa envejecer. Pero son creaciones, criaturas de nuestro pensamiento y no una verdad. Escríbalos en un papel, mírelos y desacredite. Pregúntate por cada uno, por su verdad, por los sentimientos que te generan. Afirme lo contrario de lo que le dice. Y controle usted mismo para pensar de manera diferente.

Construye un lugar diferente para ti. Tenemos el don de ser “una metamorfosis andante”, por eso evolucionamos, salimos de las cuevas y ya estamos en el espacio. Porque se rompieron las verdades y se intentó un nuevo movimiento. ¿Haremos lo mismo con nuestras creencias? Amplíe este nuevo concepto y busque una forma de vida libre que brinde satisfacción, respeto y referencias sobre usted que sean más positivas, evolutivas, agregadas para su propio envejecimiento.