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Los estudios demuestran que el tracto gastrointestinal es sensible a las emociones. La ira, la ansiedad, la tristeza, la euforia y otros pueden desencadenar síntomas en el intestino. Se ha demostrado que la relación entre el intestino-cerebro y la demencia es fuerte, lo que explica por qué ciertos alimentos pueden tener un efecto protector en nuestro cerebro.
La conexión intestino-cerebro no es una broma. Muchas personas sienten que la ansiedad está relacionada con problemas estomacales y viceversa o que algunas situaciones nos enferman. Hoy en día, cada vez más estudios demuestran que el tracto gastrointestinal es sensible a las emociones. Ira, ansiedad, tristeza, euforia: todos estos sentimientos (y otros) pueden desencadenar síntomas en el intestino.
El cerebro tiene un efecto directo sobre el estómago y el intestino. Por ejemplo, la sola idea de comer puede liberar jugo del estómago antes de que llegue la comida. Esta conexión es bidireccional. Por lo tanto, el malestar estomacal o intestinal de una persona puede ser la causa o producto de la ansiedad, el estrés o la depresión. Esto se debe a que el cerebro y el sistema gastrointestinal (GI) están estrechamente conectados.
Esta conexión se puede ver claramente en los casos en que una persona experimenta trastornos gastrointestinales sin una causa física evidente. Para estos trastornos gastrointestinales funcionales, es difícil tratar de curar un intestino angustiado sin considerar el papel del estrés y la emoción.
Dada la proximidad con la que interactúan el intestino y el cerebro, es más fácil entender por qué puede sentir náuseas antes de dar una presentación o experimentar dolor intestinal durante períodos de estrés. Esto no significa, sin embargo, que se imaginen condiciones gastrointestinales funcionales o “todo en tu cabeza”. La psicología se combina con factores físicos para causar dolor y otros síntomas intestinales. Los factores psicosociales influyen en la fisiología real del intestino, así como en los síntomas. En otras palabras, el estrés (o la depresión u otros factores psicológicos) pueden afectar los movimientos y las contracciones del tracto gastrointestinal, empeorar la inflamación o tal vez hacerlo más susceptible a las infecciones.
Además, la investigación sugiere que algunas personas con trastornos gastrointestinales funcionales perciben el dolor de manera más aguda que otras porque el cerebro es más sensible a los signos de dolor en el tracto gastrointestinal. El estrés puede hacer que el dolor existente parezca aún peor.
Como comenté en otro post (Tracto digestivo y enfermedad de Alzheimer: algunas novedades), la falta de determinadas bacterias intestinales y la mayor cantidad de otras se asocian a un mayor riesgo de demencia, tal y como han demostrado varios estudios nuevos. En estas investigaciones, la atención se centra en la microbiota intestinal y su papel en el desencadenamiento de la enfermedad de Alzheimer.
Microbiota intestinal es el nombre que se le da al conjunto de microorganismos que viven en el tracto digestivo. Hay aproximadamente mil especies diferentes de bacterias, que alcanzan billones de células. Investigaciones recientes han correlacionado ciertos cambios entre las bacterias intestinales y las enfermedades inflamatorias y autoinmunes, y los estudios han demostrado que los cambios en la dieta pueden alterar las poblaciones de bacterias intestinales.
Hoy, una línea de investigación ha buscado conocer las asociaciones entre demencia, enfermedades cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares, ya que se sabe que son enfermedades que pueden tener los mismos factores de riesgo, como la alimentación, como ejemplo.
Parte de esta investigación muestra que estos microorganismos podrían producir la proteína amiloide, llegando a las neuronas del cerebro a través de los nervios intestinales, donde interactuará con otras proteínas y comenzará la cascada de eventos que culminan en la Enfermedad de Alzheimer.
Otros estudios demuestran la importancia de una buena interacción entre la microbiota intestinal y el huésped para que exista un equilibrio entre la biodisponibilidad de micronutrientes y los neurotransmisores que impactan en el funcionamiento cognitivo general del organismo. Estas interacciones con el sistema nervioso ocurren dentro de un eje, una compleja red bidireccional entre el intestino y el sistema nervioso central. El desequilibrio de la microbiota intestinal contribuye al desencadenamiento de la neuroinflamación, influyendo en la formación de péptidos beta-amiloides.
También existen estudios que demuestran que la transferencia de la microbiota de individuos obesos a delgados induce aumento de peso. Estas microbiotas, de individuos delgados y obesos, son cualitativamente diferentes, inducidas, principalmente, por el tipo de alimento. Por lo tanto, se cree que esta diferencia en la microbiota, proporcionaría un grado de inflamación subclínica crónica y podría estar involucrada en la fisiopatología de la diabetes tipo 2 al influir en el peso (riesgo de obesidad), el metabolismo de los ácidos biliares, la actividad inflamatoria y, por lo tanto, la insulina resistencia, todos los factores de riesgo asociados con la demencia.
Se necesitan más estudios en esta área, pero se ha demostrado que la relación entre el tracto intestinal y la demencia es fuerte, lo que explica por qué ciertos alimentos pueden tener un efecto protector en nuestro cerebro.
Referencias
HAN, W .; LI, C .. Vinculando la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Alzheimer. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20385830
MANSO, María Elisa González. Tracto digestivo y demencia de Alzheimer: algunas novedades. Disponible en: https://www.portaldoenvelhecimento.com.br/trato-digestorio-e-demencia-de-alzheimer-algumas-novidades/
MORAES, Ana Carolina Franco de et al. Microbiota intestinal y riesgo cardiometabólico: mecanismos y modulación dietética. http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0004-27302014000400317
SHIMIZU, Yukihiro. Microbiota intestinal en enfermedades comunes de ancianos que afectan las actividades de la vida diaria. http://dx.doi.org/10.3748/wjg.v24.i42.4750